TODOS SOMOS HAROLDO PEÑA

Parto aclarando que no tuve el honor de ver jugar a don Haroldo Peña. Mi papá, quien me heredó la pasión por la camiseta LILA, me ha contado mil historias del Pata Bendita, pero no tiene memoria de haber visto jugar a Don León. No obstante, el día sábado recién pasado resultó imposible no pasar al Ester Roa Rebolledo a dar el último adiós a quien fuese seguramente "el futbolista más simbólico del mundo". 

Debo reconocer que la primera vez que leí eso del "futbolista más simbólico del mundo" me agradó, pero me pareció un poco mucho. No obstante luego de pensarlo un poco comencé a tomarle el peso a esas palabras. Don Haroldo Peña, el "León de Collao", no sólo heredó al club de sus amores el apodo que él se ganó en cancha. Nos dio la mística, al extremo de que el club cambió su propio escudo (sí, su escudo, el emblema más valioso que puede tener cualquier institución) por el del rey de la selva. Incluso sale mencionado en el himno ("Que florezcan de triunfo los laureles y que ruja bien fuerte el LEÓN..."). ¿Existirá otra historia si quiera parecida en el mundo?. Lo dudo.

¿Quién no cantó el "León hay uno sólo" en el estadio?. ¿Cuántos no tenemos un correo, cuenta en redes sociales o algún apodo personal relacionado con la figura del león, por ser del Conce?. ¿Cuantos no buscábamos incansablemente el cuaderno con la foto del LEÓN entre los cientos de cuadernos de animales que habían en el supermercado o librería cuando hacíamos las compras para nuestro año académico?. 

Todos los LILAS tenemos algo de Haroldo Peña en nuestras vidas. TODOS SOMOS HAROLDO PEÑA. Con su partida se nos va no sólo un pedazo de historia, sino que un fragmento de nuestra propia existencia. Pero a su vez, la figura del LEÓN DE COLLAO se agigante y vuelve inmortal.

Don Haroldo Peña, el LEÓN DE COLLAO... descanse en paz.